LA PÓLVORA Y ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO..

La navidad y fin de año se visten de alegría, música, encuentros y, frecuentemente, el ruido y colorido de los fuegos artificiales.

Aunque en El Salvador cada año se observa cierta disminución en el uso de la pólvora y se tienen medidas legales para su manipulación y los accidentes donde resulten menores de edad lastimados por la misma; nuestra celebración anual no deja de tenerla, afectándonos no sólo porque quema e intoxica, sino porque enferma nuestro sistema respiratorio.

Uno de los aspectos negativos que menos conocemos de la pólvora es cómo ésta puede incidir negativamente en nuestros amigos y familiares que padecen asma, rinitis, gripa, bronquitis, EPOC, EPID, Fibrosis Pulmonar, Fibrosis Quística entre otras afecciones respiratorias; quienes al olerla podrían desarrollar episodios de ahogo y deterioro de su condición.

La pólvora está compuesta por nitrato de amonio que contamina el aire en forma de óxido nitroso, tiene clorato de potasio que puede irritar la piel y las vías respiratorias, azufre el cual al ser quemado tiene un olor muy fuerte generando náuseas, dolor de cabeza e irritación de los ojos; entre otros compuestos químicos. También nos contamina al contener metales como cromo, níquel y litio, que son sustancias tóxicas, y responsables de dar color a los juegos pirotécnicos.

La pólvora está construida por compuestos altamente combustibles que generan humo al alcanzar altas temperaturas, éste humo es inhalado por los observadores y manipuladores de la pólvora ingresando a su tracto respiratorio en forma de macropartículas y alojándose en los bronquios, nariz y laringe, generando reacciones de hipersensibilidad en el pulmón y bronquios.

Si una persona ya tiene sensibilidad en su sistema respiratorio, tiene expectoraciones, su capacidad para inhalar y exhalar aire es reducida, y es altamente alérgico, seguro resultará más enfermo de lo que estaba al presenciar la quema de volcanes, luces de bara, etc, en los niños se generan episodios similares al asma o si ya son asmáticos disparará sus crisis asmáticas.

El humo afecta el tracto respiratorio por la inhalación de mícropartículas que se alojen en el tracto bronquial, creando reacciones de hipersensibilidad dentro del pulmón y bronquios se genera inflamación, aumento en la producción del moco, y en algunas personas puede ocasionar que el árbol bronquial se cierre un poco, esto sucede sobre todo en pacientes que tienen predisposición como asmáticos, enfisemas y bronquitis crónica, EPOC, reacciones severas que generan ahogos;

“Si se quema pólvora en un lugar cerrado puede generar algo parecido a la aspiración de dióxido de carbono, humo de los vehículos, derivando en la inhalando de este humo que genera síntomas como dolor de cabeza, Tos, aumento de la secreción oral, picor en la nariz, sensación de ahogo, flujo nasal y en los ojos se puede generar irritación, enrojecimiento, lagrimeo”, esta datos son explicados por El Doctor Miguel Angel Ruiz Rivas quien es Neumólogo, Endoscopista Bronquial e Internista.

Quién agrega que al tener contacto con este humo la incidencia del malestar depende de la cantidad de humo y del estado de salud de la persona. En una persona normal podría pasar entre 10 y 15 minutos el malestar inicial, pero en una persona con enfermedad pulmonar preexistente dicha exposición puede condicionar a un ingreso hospitalario durante muchos días o ingreso a unidad de cuidados intensivos.

Es así como El Dr. Ruiz promueve el uso racional de la pólvora, que debe estar supervisada, en lugares abiertos y alejado de personas mayores o que padezcan enfermedades respiratorias preexistentes para evitar quemaduras, intoxicación, y la ocurrencia de enfermedades respiratorias nuevas o complicadas para los pacientes en tratamiento.

Autor del Articulo

NEUMOLOGO-ENDOSCOPISTA BRONQUIAL-MEDICINA INTERNA


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